En Corea, se habla a menudo de dos tipos de sabores: «el sabor de la lengua» y «el sabor de las manos». Tuve la suerte de vivir en Corea del Sur durante unos meses. Noté la diferencia entre estos dos tipos de sabores cuando, después de meses comiendo kimchi en restaurantes, probé el que hizo la abuela de un amigo. ¡Delicioso!
El sabor de la lengua se refiere al sabor que los componentes químicos de los alimentos producen en nuestras papilas gustativas. Este fenómeno se produce con cualquier tipo de comida: hecha en casa o producida de manera industrial a gran escala.
El sabor de las manos requiere mucho más que simples sabores. El sabor de las manos hace que la cocina de casa sea única y seas incapaz de replicar la receta favorita de la abuela. Es el sabor del amor, el cariño y el mimo que una persona pone en la cocina. Hace que la comida de cada persona tenga un sabor único imposible de replicar a la perfección.

Cuando compras una tortilla de patatas precocinada en el supermercado y, efectivamente, sabe a tortilla de patatas, ese es el sabor de la lengua.
Cuando haces tortilla de patatas en casa y no consigues que tenga el mismo sabor que la tortilla de la abuela, ese es el sabor de las manos.